El dr Camillo Ricordi es el director del centro de trasplante celular de la universidad de Miami. Este dr hacia 2011 creo una organización sin animo de lucro ( The Cure Alliance) para que en ella científicos de todo el mundo compartieran conocimientos con el fin de acelerar la cura de enfermedades.
La FDA (fundation and drugs administration) es la EMA (agencia europea del medicamento) americana.
Pues bien, la FDA, a la vista de unos resultados preliminares presentados por este dr , autorizó la realización de un estudio a doble ciego en pacientes graves por neumonía con COVID 19. Se unieron a este estudio investigadores chinos e israelíes.
En un grupo de 24 pacientes graves, se inyectaron dos inyecciones, que o bien fueron de células madre mesenquimales (obtenidas del Cordón umbilical de donantes en el momento del nacimiento) o bien un placebo (es decir, nada). Por supuesto ambos grupos utilizan todos los tratamientos habituales en el tratamiento de la neumonía grave por COVID. Ni medicos ni familiares de los participantes supieron hasta el final quien había recibido cada tipo de inyección.
Al analizar los resultados, se ve que en el grupo placebo la supervivencia fue de un 42%, mientras que en el grupo que recibió tratamiento la supervivencia fue del 100%.
Este resultado fue el que esperaban, pues las células madre inyectadas en la vena, migran ellas solas al pulmón y allí[c1] ayudan a corregir la respuesta inflamatoria, actúan contra los microbios invasores y facilitan enormemente la recuperación de los tejidos.
Las células madre han demostrado hace años su eficacia en el tratamiento de enfermedades que se caracterizan por respuestas inmunes excesivas o “hiperinflamatorias”. La importancia de estos resultados es obvia, es otra puerta a la esperanza, y desde mi curiosa mirada, me lleva a animar al uso cada vez mayor de las células madre del cordón que desde el inicio de los tiempos hemos desechado, y que creo que van a ser clave en la cura de muchas enfermedades crónicas.
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