El embarazo es, en la vida de la mujer, el momento de más y más veloces cambios. Algunos de ellos quedarán para siempre y otros desaparecerán a los meses del nacimiento del bebe.
Si nos centramos en la piel, los cambios son provocados por las modificaciones hormonales y por el necesario estiramiento al que nos obliga el crecimiento del bebe. Muchos pueden prevenirse y aliviarse. Estos son los más llamativos:
1. Cambios en la pigmentación: se oscurece el pezón, la areola y la zona de la vulva. A menudo aparece una línea vertical en el centro del abdomen.
Durante la segunda mitad del embarazo, el 70% de las mujeres, sobre todo aquellas que son morenas de piel, suelen presentar unas manchas marronáceas irregulares y difusas en la cara. Es el llamado “cloasma del embarazo”. El sol es factor desencadenante muy importante así que si nos protegemos correctamente, las disminuiremos en intensidad y en tamaño. Proteger el rostro con sombreros en verano y aplicar protección solar durante todas las estaciones (SPF: 50+)
2. Vello corporal: Algunas mujeres desarrollan vello corporal. Tranquilidad, es temporal y desaparecerá a los meses del nacimiento. En otras en cambio verán como el vello habitual se disminuye y tienen que recurrir a la depilación con mucha menos frecuencia. (Son mas afortunadas)
3. Estrías: Son consecuencia de lesiones en la parta más profunda de la piel. Aparecen en el abdomen, senos y también cara interna de los brazos y en la zona de la cadera. Empiezan siendo líneas rojas muy finas que luego se engruesan y se hacen blanquecinas. Cuando llegan a este punto ya son irreversibles. Es muy importante su prevención. Para ello los dos principios esenciales son, controlar el aumento de peso, e hidratarse al máximo, tanto bebiendo al menos dos litros de agua como aplicando a la piel hidratación externa. Cuanto menos aumentemos de peso menos se tiene que estirar nuestra piel. Cuanto más hidratada esté más elástica será y menos sufrirá.
4. Celulitis y piel de naranja: Se produce por una alteración del tejido conjuntivo. Consiste en un aspecto irregular de la piel con típicos hoyuelos. Para prevenirla e incluso eliminarla debemos de centrarnos en disminuir el tejido graso y en mejorar su circulación, y para ello es necesario el ejercicio potenciando el movimiento de las extremidades.
5. Ronchas y picores en el embarazo: El estiramiento de la piel, necesario para acoplarse a las nuevas medidas produce a veces picor en el abdomen y en los senos. Sin embargo puede ser consecuencia también de problemas hepáticos habitualmente leves pero que pueden llegar a ser graves, por lo cual deben de ser controlados en los controles habituales del embarazo.
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